En el dormitorio

La chica asintió y se le quedó mirando, expectante. El Señor-pájaro-que-da-cuerda reanudó la búsqueda de la llave. Ahora no podía lidiar con aquella locuaz adolescente. Necesitaba caer sobre la cama y perder la conciencia, preferiblemente en ese orden. Buscó varios minutos sin encontrarla. Finalemente, La Chica Imantada sin mediar palabra , se le adelantó y hurgó en el bolsillo de la chaqueta del Señor-pajaro-que-da-cuerda , por el que sus manos habían pasado cien veces y no encontró la llave. Se la mostró , y el Señor,-pajaro-que-da-cuerda sonrió , derrotado.


La Chica imantada abrió la puerta del piso y le ayudó a incorporarse. Lo guió hasta el dormitorio y lo ayudó a tumbarse en la cama. Le acomodó la cabeza sobre las almohadas y le quitó los zapatos. Después le quitó la camisa. Él la miró confundido.


-Tranquilo, solamente te acomodo para que duermas bien , que vaya lo necesitas. –
Y se sentó a su lado, observándolo.

Y entonces le sonrió con una melancolía que no se merecían sus años.


suena: vivir muriendo -QBO

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