Esa-cosa-que-es-mas -grande-que-nosotros

La Chica Imantada en realidad era una persona de fe. Creía en sus amigos, en la verdad de las cosas y en algo alo que no se atrevía a ponerle nombre, ni cara por que para eso están los curas. La Chica Imantada creía que todos formábamos parte de algo, y que al dejar este mundo nuestros recuerdos y anhelos no se perdían, sino que pasaban a ser los recuerdos y anhelos de quienes venían a ocupar nuestro lugar.
No sabía si habíamos creado a “Dios” a nuestra imagen y semejanza o si él nos había creado a nosotros sin saber muy bien lo que hacía. Creía que “Dios”, o lo que fuese que nos había traido aquí vivía en cada una de nuestras acciones, en cada una de nuestras palabras, y se manifestaba en todo aquello que nos hacia ser algo más que simples figuras de barro.
A veces creía que “Dios” vivía poco o mucho en los libros y por eso dedica parte de su vida a compartirlos, protegerlos y a asegurarse de que sus páginas, como nuestros recuerdos y nuestros anhelos, no se perdieran jamás por que creía, e hizo creer a muchos también, que mientras quedase una sola persona en el mundo capaz de leerlos y vivirlos, habría un pedazo de “Dios” (ó esa-cosa-que-es-más-grande-que-nosotros) o de vida.

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