Muerta viviente.

Mi juego supremo es imaginarme muerta, devorada por los gusanos. Cierro los ojos y con increíbles detalles de precisión absoluta , me veo mordida y deglutida lentamente por unas larvas grandes y verduscas. Se instalan en mis órbitas tras haber roído mis ojos y atacan mi cerebro con glotonería. Las sienta sobre mi lengua , babeantes de placer al morderme. Mi corazón por su parte , resiste un poco, quizá por eso de guardar las formas; siempre me ha servido con fidelidad y abnegación. Ahora es como una gran esponja empapada de pus, que de pronto estalla y se derrama entre los gusanos blancos.

Todo esto es un útil entrenamiento al que me someto desde que era niña.

Yo he vivido la muerte antes de vivir la vida.

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