ereum, ama euq lE (léase al revés)
No hay cielo eterno
tras la muralla de los condenados
Ni consuelo en el pecho de las virgenes
Por que el que ama muere
entre caricias que carcomen el aliento
y desgarran los ojos cual feroces demonios
de las más profundas tinieblas
Que te arrancan el corazón de tajo
y convertido en fuego eterno
perdura entre las sombras de una eterna decepción.
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