La Chica Imantada perseveró como una vela en la noche, como un faro en la tormenta. No se sometió a la oscuridad que había a su alrededor. La pureza de su corazón, el poder de su belleza iluminaron a todos los que estábamos en el salón y algo extraño empezó a ocurrir. ¡Fue increíble! Aquellos salvajes vaqueros, cazadores y mineros quedaron transformados. Sí, La Chica Imantada claramente tenía poder para calmar a las bestias salvajes.
OYE , OYE CÓMO AVANZA LA NOCHE ..... Te adoro igual que a la bóveda nocturna, ¡oh vaso de tristeza, gran taciturna! Y te amo tanto más, cuanto más me huyes; y cuanto más me pareces encanto de mis noches, irónicamente aumentar la distancia que separa mis brazos de la inmensidad azul. Avanzo en los ataques y trepo en los asaltos como junto a un cadáver un coro de gusanos, y amo tiernamente, bestia implacable y cruel, incluso tu frialdad, que aumenta tu belleza. Pero ¿no basta que seas la más sutil apariencia, Alegrando al corazón que huye de la verdad? ¿Qué más da tontería en ti o qué más da indiferencia? Te saludo adorno o máscara. Sólo adoro tu tristeza. Que fiar en corazones es algo bien estúpido; Que es todo trampa, belleza y amor, Y al final el Olvido los arroja a un cesto ¡Y los torna a la Eternidad! Esa luna encantada evoqué con frecuencia, Ese silencio y esa languidez, Y aquella confidencia penosa, susurrada Del corazón en el confesionario. (Por que por alguna extraña razón la l...
Aquél día vi al Chico Hórreo , me costaba creer que era él pues siempre lo había visto con su cabello negro , obvio el color del cabello había cambiado , ahora era azul , pero no era solo eso. Era como la muda vacía que dejan tras de si ciertos animales, esa fue la primera impresión que tuve. Me recordó a una habitación vacia después de que todo mundo la hubiese abandonado. Algo precioso en extremo (lo que me había atraído fatalmente a la Princesa del ático , y lo que me había hecho estremecer a mí desde el primer día que lo conocí) se había perdido para siempre. Y lo que había tomado su lugar no era la existencia, sino la ausencia . No era el calor de la vida , sino la quietud del recuerdo.
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