Pasa que nos da miedo la eternidad
Pasa que nos enamoramos. Nos enamoramos todo el
tiempo, por pequeños instantes. Son como crisis de ausencia. Nos
enamoramos, y al segundo siguiente lo olvidamos. Pero en un instante
nos enamoramos de forma desmedida, pero fugaz.
A veces me sucede ir caminando por la calle, por lo
general, suelo ir cantando. Ayer, un joven me dijo “cantame al oído lo
que quieras”, sonreí, me dio risa el modo en que lo dijo. No me enamoró,
no. Fue solo un extraño con un bonito de modo, de llamarme la atención.
Pero lo fugaz, que tiene el amor por las calles, es
cuando, al caminar, uno se cruza con alguien que llama desmedidamente
tu atención. Todo, y cuando se dice todo es TODO, esta involucrado.
Hablamos de los sentidos, sin olvidar ninguno. Por alguna razón, es un
requisito fundamental que ambos extraños (yo, y el otro) caminemos en
direcciones opuestas. Hay un instante donde estamos par a par, cada cual
sigue por su camino.
Entonces, nuestras distancias se acercan, se unen
en un punto y siguen alejándose. Donde esta el momento fugaz? La crisis
de ausencia? Ese instante de amor?, Ahí, mientras nos alejamos.
Hay una función dependiente del tiempo, que se
relaciona con ese enamoramiento fugaz, y luego… ausencia. Son unos
pequeños segundos, donde ambos nos damos vuelta, nos miramos. Nuestros
pies avanzan hacia adelante, el corazón mira al frente, y los ojos hacia
los pasos que pisamos. Una sonrisa se escapa de los labios.
Un amor… dejado atrás, en la vereda.
La pregunta es en realidad: miedo a la eternidad, o a lo desconocido?
ResponderEliminar:) yo escribí, gracias por la etiqueta ;)
ResponderEliminarM.
Bendita Entropia.