Paseo imaginario
Él y yo paseábamos con las manos hundidas en los bolsillos del abrigo. No se oía nada más que el ruido de nuestros pasos sobre las hojas muertas y agudos trinos de los pájaros.
-¿en qué estás pensando?- le pregunté de repente.
-En nada del otro mundo - dijo él
Yo tomé la delantera, me senté al borde del camino y fumé un cigarrillo. Él se sentó a mí lado.
Yo reí y coloqué la palma de mi mano sobre su rodilla, luego la aparté.
-Me parece que no tienes muchas ganas de hablar ¿No? -
-Es que no sé cómo expresarlo.
Tiré el cigarrillo a medio fumar al suelo y lo aplasté cuidadosamente con mi bota.
-Eso es por que las cosas que uno realmente quiere contar son siempre difíciles de expresar ¿no crees? -
Dos pájaros alzaron el vuelo con un aleteo y desaparecieron tragados por el cielo despejado.
-No quiero cerrar mi corazón - dijo él tras un breve silencio - Pero es que no consigo entender qué me pasa.
Sonreí, y me aparté el cabello de la cara.
-Quizás no necesites entenderlo... Y no te cierres, no hay nada que temer - dije, tomando su mano.
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