holding hands

Hacia donde caminábamos, sólo él lo sabía. Mientras tanto estaba pendiente de la presión de mi mano: primero me parecía que no apretaba lo suficiente y después me daba la impresión de que apretaba demasiado.

Nunca había entendido por qué la gente caminaba de la mano, pero, entonces, él me acarició la palma con la punta de los dedos, me estremecí, ahora lo entendía perfectamente. 

Ahora que conocía sus miedos sólo atiné a decir 

-es imposible no tener miedo a nada ¿recuerdas? Poque todavía hay cosas que te importan, te importa tu vida.

-lo sé

Dijo con esa voz aparentemente calmada tan suya. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

tonight

Te adoro igual que a la bóveda nocturna (oye como avanza la noche)