Cuando cambiaste.
Aquél día vi al Chico Hórreo , me costaba creer que era él pues siempre lo había visto con su cabello negro , obvio el color del cabello había cambiado , ahora era azul , pero no era solo eso. Era como la muda vacía que dejan tras de si ciertos animales, esa fue la primera impresión que tuve. Me recordó a una habitación vacia después de que todo mundo la hubiese abandonado. Algo precioso en extremo (lo que me había atraído fatalmente a la Princesa del ático , y lo que me había hecho estremecer a mí desde el primer día que lo conocí) se había perdido para siempre. Y lo que había tomado su lugar no era la existencia, sino la ausencia . No era el calor de la vida , sino la quietud del recuerdo.